San Baudelio de Berlanga y Gerardo Diego
Aunque cántabro de nacimiento, el poeta de la generación del 27, Gerardo
Diego estuvo muy vinculado a Soria y a su vida cultural, desde que obtuviera en 1920 su cátedra como profesor de Lengua y Literatura en un instituto soriano hasta 1922, que se trasladó a Gijón y después a otras ciudades, pero regresó muchas veces a Soria, a la que dedicó una importante obra literaria.
En una de sus visitas, la ermita de San Baudelio de Berlanga le dejó tan
impresionado, que escribió este emotivo poema, recogido en el poemario revisado Soria (1948) en el que con la voz de un niño, describe el expolio sufrido en la década de1920 de las pinturas murales de la ermita.
-Que no. -Sí; madre, que sí.
Que yo los vi.
Cuatro elefantes
a la sombra de una palma;
los elefantes, gigantes.
-¿Y la palma? -Pequeñita.
-¿Y qué más?
¿Un quiosco de malaquita?
-Y una ermita.
-Una patraña
tu ermita y tus elefantes.
Ya sería una cabaña
con ovejas trashumantes.
-No. Más bien una mezquita
tan chiquita.
La palma
me llevó el alma.
-Fue sólo un sueño, hijo mío.
-Que no, que estaban allí,
yo los vi,
los elefantes.
Ya no están y estaban antes.
(Y se los llevó un judío,
perfil de maravedí.)
Hace poco más de un siglo la ermita de San Baudelio de Berlanga, conocida también como la “Capilla Sixtina” del mozárabe español, era almacén de aperos y aprisco. Pero no era ajena a la mirada interesada de un comerciante llamado León Levi, que en palabras del poeta era el “judío, perfil de maravedí”, vinculado con el marchante Gabriel Dereppe. En 1922 Levi compró las pinturas a los vecinos de Casillas de Berlanga, propietarios de las imágenes, por un importe de 65.000 pesetas. La técnica del strappo las arrancó de las paredes que las habían albergado por casi nueve siglos para ponerlas rumbo a Estados Unidos, vía Londres. Aunque ese expolio se llevo a los Tribunales por ser San Baudelio de Berlanga Monumento Histórico Artístico desde 1917, estos fallaron a favor de los demandaos y los museos de Nueva Yok, Cincinatti e Indianápolis adornaron sus salas con las bellas pinturas del románico soriano.
Parte de las pinturas de esta hermosa ermita retornaron a España, concretamente al Museo del Prado, mediante un acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos a cambio del ábside de la iglesia de San Martín de Fuentidueña (Segovia).
Imágenes de San Baudelio de Berlanga en los museos:
Mercedes Larrauri. Ramón Ugarte